¿Cómo afecta el divorcio o la separación a los hijos?
¿Qué efectos psicológicos produce en la mente de los niños?
¿Cómo suelen ser las relaciones entre los padres en proceso o recién separados o divorciados?
¿Como educadores, como padres, qué estrategias son eficaces?
¿Cómo afecta el divorcio o la separación a los hijos?
Son numerosos los estudios que han tratado de encontrar cuáles son los efectos de una separación o un divorcio. Más adelante veremos que a pesar de que existen ciertas diferencias entre estudios, tienen todos un punto en común, una conclusión clara que va en la misma línea.
Podríamos decir que algunos de los efectos del divorcio serían:
- sentimiento de pérdida que va acompañado de emociones de ira y tristeza
- incertidumbre: la incertidumbre se asocia directamente con la ansiedad. Una incertidumbre provocada por la sensación de salto al vacío, de cambio y de salida de la zona de confort.
- ansiedad: algunos autores encontraron que cuando existe ansiedad ésta aparece porque hay por parte de los hijos, sentimientos de responsabilidad o culpa de la ruptura de los padres, miedo al rechazo de los padres y a ser abandonados o incluso la posibilidad de no ser querido.
- estrés: asociado tanto a la a la situación previa a la separación como en el momento en que se produce. Principalmente, porque conlleva un cambio -como ya hemos mencionado más arriba-, implica salir de la zona de confort y tener que hacer frente a los cambios económicos, sociales, personales y familiares.
¿Cómo suelen ser las relaciones entre los padres en proceso o recién separados o divorciados?
Tenemos que tener en cuenta que una separación tiene una fuerte carga emocional. En mediación familiar por ejemplo, es muy típica la figura del psicólogo puesto que es necesaria la introspección de los implicados, la detección y el control de las emociones y el análisis profundo de la construcción del conflicto. Generalmente ambas partes, cuando deciden concluir la relación atraviesan y transitan por un largo camino con sombras y luces. Este camino llamado duelo nos aporta un aprendizaje .
Cada una de las partes por decirlo de algún modo, construye un relato que es SU REALIDAD, pero al igual que él la otra parte también lo hace. Nos encontramos ante dos narraciones egoicas que son reales subjetivamente, pero que necesitan una REFORMULACIÓN DEL CONFLICTO.
Cuando hablamos de reformulación del conflicto hablamos de una reelaboración de la narración con elementos de las dos partes. Escribir la historia del conflicto buscando los puntos de acuerdo, las visiones compartidas. Implica también la construcción de un lenguaje que no busca culpables sino la cooperación y la responsabilidad de las partes con lo sucedido.
Únicamente así, se puede conseguir rebajar la tensión, controlar las emociones y buscar acuerdos. La mediación es una gran solución porque nunca uno de los dos gana o pierde sino que ambos ganan y ambos SE RESPONSABILIZAN.
LA RELACIÓN DE LOS PADRES POSTERIOR A LA SEPARACIÓN INFLUIRÁ ENORMEMENTE A LOS HIJOS
En los estudios existen pequeñas diferencias en lo que respecta a algunas conclusiones o factores que influyen a los niños durante un divorcio o separación. Suelen haber (o salir a la luz) discrepancias en lo que respecta a la educación, al cuidado, a las normas…
Pero, y aquí lo más importante: existe un amplio consenso en que el problema no es en sí el divorcio o la separación, sino que lo que más afecta a los niños es la relación posterior de los padres.
Hay que evitar relaciones aversivas entre la expareja, consensuar unas normas e ir a la una en cuanto a valores, filosofía y principios educativos. “Ya, pero es que es fácil de decir pero…”. Sí, es difícil, pero es necesario. Para lograr esto, hay que dejar el ego a parte. Sí, a un lado, dejar de pensar: “ es que él o ella nunca”, “ es que eso”, “es que una vez tu me hiciste aquello”. Pero si logrando acuerdos y llevando una relación cordial y construyendo un espacio de acuerdos AYUDAMOS A LOS NIÑOS, ¡dejad el ego! Porque sois vosotros los primeros que tenéis que dar ejemplo a vuestros hijos.
¿Como educadores, como padres, qué estrategias son eficaces?
Cuando hablábamos de los efectos hemos dicho que existen sentimientos y emociones de miedo a no ser querido o al rechazo, ira, tristeza, ansiedad, estrés, culpa…
- Hay que hablar con ellos, ambos. Explicarle la situación, la decisión que se ha tomado y qué implicará en sí, este cambio. Es importante que pueda preguntar. Recordemos que la incertidumbre (no sólo del niño, también de los padres porque es una situación nueva), la podemos reducir dejando un espacio para las preguntas.
- ¡Ojo! Antes de mantener esta charla, tienen que existir acuerdos. Nada de discusiones de por medio. A los hijos les tranquilizará saber que existe una coherencia entre la manera de hacer de los padres.
- Estructurar las rutinas y horarios (tanto si es custodia compartida o no).
- Dejadle claro que a pesar de la separación lo queréis ambos igual que antes, que esto no cambiará nada.
- Si muestra sentimientos de culpa, explicadle que no depende de él sino que es una decisión que han tomado sus padres.
Hasta el próximo episodio!