Hola a todos y todas. Hoy en Universo Hijos vamos a adentrarnos en un cuento muy mágico y diferente. Había una vez una princesa… ¡que no quería ser princesa! Y es que la historia de nuestra protagonista de hoy os va a sorprender.
Antes, recordaros que seguimos trabajando en los cursos que habéis votado. ¡Gracias a todxs por vuestra participación! Pronto estarán en universohijos.com. Ya sabéis que uno de los cursos más votados fue el de Educación Emocional. Tenéis el Módulo 1 en abierto y gratuito en universohijos.com
Este cuento es de Cuento A La Vista, un blog de cuentos infantiles escritos e ilustrados por Maria Bautista y Raquel Blázquez. La historia la podréis encontrar en la web Pequeocio.
Una vez hechas las presentaciones, ¡que empiece el cuento!
Una rebelde con causa
Nuestra protagonista de hoy, la princesa o mejor dicho, la antes princesa, es toda una rebelde. Estamos muy acostumbrados a estas historias típicas de princesas que su afición favorita es esperar el amor de su vida, su príncipe azul. Pero a Febrero, como hemos visto, no le gusta la vida típica de princesa.
Los lujos, la riqueza material y los príncipes no son de su interés. Esta princesa parecía que lo tenía todo, cuando en realidad, ella sabía perfectamente que no tenía nada de lo que quería para su vida. De hecho, no podría escoger más allá del camino que le habían impuesto sus padres. Un camino lleno de aburrimiento, conformismo, tristeza y soledad.
Las princesas ya no esperan
En cambio, desea ser arqueóloga, periodista o ingeniera y tomar acción, vivir la vida. Así pues, en el momento que dice basta, empieza a crear su propio camino y a decidir sobre sí misma. Porque, al fin y al cabo, la vida pertenece a aquel que la vive.
Educar es permitir SER
Este cuento nos habla de la importancia de no proyectar ni limitar las decisiones y acciones de los hijos e hijas.
Querer lo mejor para ellxs implica respetar sus propias decisiones y apoyarles en construir su propio camino para encontrar su lugar en el mundo. Ya vimos con Febrero que una vida llena de lujos y comodidades no es sinónimo de felicidad.
Felicidad es sentir que llevas el timón de tu vida para hacer realidad tus deseos.