
¡Hola a todas y a todos! Hablar de la muerte no es fácil. Y, seguramente, aún menos si es con nuestros hijos e hijas. La muerte nos puede asustar hasta el punto de querer negar su existencia. Pero la realidad es que, precisamente, existir implica morir algún día. Tampoco sabemos si hay vida después de la muerte, pero lo que sí es seguro es que el duelo forma parte de nuestro camino y es un proceso necesario durante la vida.
¿Deben los infantes asistir a los funerales? ¿Y al tanatorio? ¿Por qué los adultos queremos negar la muerte a los niños, si esta forma parte de la vida? ¿Estamos protegiendo o sobreprotegiendo? ¿Cómo podemos acompañar a nuestrxs hijxs durante el proceso del duelo?