
Hoy en universohijos.com hablaremos de premios y castigos. Aprenderemos a distinguir los condicionamiento instrumentales básicos de la psicología que o bien generan confusión, o bien son usados incorrectamente en un contexto informal y en nuestro día a día. Comprender estos conceptos nos ayudará a emplear bien técnicas básicas de la psicología y a evitar confusiones generadas por el lenguaje informal. Haremos una aproximación técnica que nos será de ayuda.
Explicaremos el famoso refuerzo positivo, pero también el negativo, así como, el castigo y la omisión.
¿Qué es un refuerzo positivo? ¿Qué es un castigo?
- Refuerzo positivo: sería lo que comúnmente podríamos llamar un premio. Dar las gracias a alguien, reconocerle un mérito, la comida…
- Castigo positivo: por desgracia muy utilizado. Es posible que sin definirlo, ya sepáis en qué consiste. Skinner, una de las figuras más relevantes de la psicología, ya ponía en duda su eficacia a largo plazo.Un castigo positivo no tiene por qué utilizar la violencia o la fuerza, sino que se refiere a la aplicación de un estímulo aversivo o negativo. Regañar, por ejemplo, es un castigo positivo.
Ejemplo:
Imaginemos una situación muy típica en un aula de secundaria: hay un alumno que tiene un comportamiento disruptivo. El profesor lo expulsa. El problema del castigo positivo es que no genera ningún cambio en la persona. Por eso, es interesante combinarlo con un refuerzo positivo. Imaginemos ahora, que al siguiente día el profesor, no sólo castiga con expulsiones el mal comportamiento sino que se dedica a premiar a aquellos alumnos que tienen un buen comportamiento. La diferencia entre el primer día y el segundo, es que estamos mostrando una alternativa de comportamiento disruptivo. Estamos de algún modo mostrando la vía para hacer las cosas bien.
El gran confundido: el refuerzo negativo
- Refuerzo negativo: Es un refuerzo algo más complejo, que consiste en evitar un estímulo aversivo o negativo. Quiero hacer un inciso para que se comprenda bien: los refuerzos siempre son algo positivo para quien los recibe.
Ejemplo:
Dicho de otro modo, si un alumno lleva suspendiendo todo el trimestre pero en el examen de recuperación logra aprobar la asignatura, está evitando suspender; lo que por el mero hecho de evitar algo negativo como es suspender, sale reforzado.
A veces el refuerzo negativo es un concepto usado como antónimo o contrario al refuerzo positivo. Ya vemos que esto no es así, y generalmente, la gente suele referirse al castigo positivo.
Deja de hablar de refuerzo negativo cuando hablas de castigo
En una ocasión oí la frase de: “Refuerza positivamente y verás que la persona mejora sus habilidades. Refuerza negativamente, seguro que se mostrará inseguro”. ¿Veis el error?
No, a lo que se refería con eso de reforzar negativamente es a castigar positivamente a través del lenguaje oral con frases del estilo: “todo lo haces mal”, “seguro que fallarás”, “me has decepcionado…” Porque reforzar aunque sea negativamente, es algo bueno para la persona, ya que el hecho de no recibir el estímulo aversivo (que OJO, si aplicásemos ese estímulo luego sería un castigo) es una especie de premio.
¿Conocéis la expresión “salvarse por la campana”? Pues el refuerzo negativo es justamente eso.
Castigo vs omisión: diferencia
- Omisión: es una forma de castigo que consiste en quitar un estímulo positivo.
Por ejemplo, una situación que sucede a menudo a los que tienen peques. Cuando empiezan a balbucear y logran decir ma-má o pa-pá, acto seguido son premiados con aplausos y refuerzo social. En cambio cuando consideramos en nuestra vanidad que el bebé no dice nada relevante, estamos omitiendo, puesto que en estos casos no reforzamos.
¿Qué tipos de condicionamientos son más efectivos para educar a mis hijos?
Un hombre llamado B.F. Skinner, el padre del condicionamiento operante, siempre indicó que el refuerzo positivo era mucho más efectivo a medio y largo plazo que el castigo. El castigo conlleva mucho desgaste emocional, negatividad y algo muy importante: para que sea efectivo tiene que irse incrementando su intensidad. Algo muy peligroso.
El castigo a corto plazo, permite digamos, la extinción y desaparición de algunas conductas, pero no es efectiva con el paso del tiempo.
En cambio, ya os podéis imaginar que la combinación potente de refuerzo positivo y omisión sirve principalmente para reducir ciertas conductas e incentivar otras. Es un cóctel muy potente para manejar conductas. En estos dos últimos tipos de condicionamiento no se aplica ningún estímulo aversivo sino que se juega con el refuerzo positivo y con su ausencia -en el caso de la omisión- como técnica para reducir una conducta.
Profundicemos…
A los que os guste ver películas os recomiendo, para entender a la perfección las consecuencias del castigo positivo, La Naranja Mecánica.
Bajo mi punto de vista también permite ilustrar que nuestra mente es un sistema muy complejo y que para modificar conductas, casi siempre hay que ir a la raíz, indagar en las causas. Porque del mismo modo que tener fiebre, es el síntoma de que nuestro organismo intenta defenderse de un ataque, las conductas disruptivas, la falta de empatía y el cinismo, también son síntomas de un enorme malestar interno.