Hoy en universohijos hablaremos de los duelos desde la visión de los Estoicos a través de Epicteto. ¿Qué grandes aprendizajes nos aportan los Estoicos para transitar por los duelos? ¿Por qué hablan de apatía (apatheia)? ¿Qué aspectos individuales son clave para reelaborar un duelo?
¿Qué grandes aprendizajes nos aportan los Estoicos para transitar por los duelos?
“No son los hechos aquello que perturba a las personas sino sus juicios sobre los hechos. Por ejemplo, la muerte no es nada de terrible, a Sócrates también le habría parecido así, sino que aquello que es terrible es el juicio sobre la muerte en el sentido de que ésta es algo terrible.
Por consiguiente, cuando nos encontramos preocupados, afligidos o perturbados no echamos la culpa a los demás, sino a nosotros mismos, es decir, a nuestros juicios. Es un acto propio de un individuo sin educación el hecho de acusar a los demás de aquellas cosas que él mismo hace mal. Aquél que ya ha empezado a educarse se acusa a sí mismo. Aquel que ya está educado ni acusa a los demás ni a sí mismo.”
Epicteto: Enquiridión, 5.
Cuando hablamos de duelo, hacemos referencia a cualquier proceso emocional por el que transita una persona para adaptarse a cambios que han sido vividos como pérdidas. Es un proceso natural en el que se aprende a reelaborar la pérdida, aceptarla e integrarla a nivel psíquico. Es también un proceso único en cada persona y en cada momento. A pesar de que podéis encontrar marcos teóricos en los que se habla de fases, las emociones, los sentimientos y los comportamientos no se estructuran de una forma lineal sino que van alternándose. Nos puede servir de guía pero por encima de todo hay que tener en cuenta que no hay una forma perfecta o ideal de procesar un duelo y cada duelo es vivido de una forma única. La finalidad es lo que hemos dicho, poder reelaborar la pérdida y aceptarla si el duelo no va en esta línea entonces es interesante contar con un profesional especializado en duelos que para que nos ayude a construir esa reelaboración de la pérdida.
En el fragmento que hemos escuchado al principio Epicteto decía que lo terrible de los hechos que nos suceden no es lo que más puede perturbarnos sino que es más bien el juicio que hacemos sobre lo que ha sucedido.
De nuevo, entramos en el terreno del lenguaje y el poder que éste tiene para darnos alas y cortárnoslas. Es importante lo que nos decimos y cómo nos lo decimos.
Estas creencias estaban arraigadas en un discurso que nos habíamos repetido una y mil veces y que había sido tomado como verdadero. No es lo mismo un “no puedo” que un “aún no he podido”. ¿Se ve la diferencia, verdad?
Por lo tanto, en un duelo, es muy importante cómo narramos la historia de lo vivido, con qué palabras y dentro de qué discurso nos circunscribimos. Dentro de esa narración habrá protagonistas, actores secundarios y roles. Puede haber el rol de víctima, un rol peligroso. Porque la víctima es pasiva y encuentra culpables en los demás. Algo que si recordamos el fragmento de Epicteto ya nos lo decía, “Es un acto propio de un individuo sin educación el hecho de acusar a los demás de aquellas cosas que él mismo hace mal”.
¿Por qué hablan de apatía (apatheia)?
A parte de los juicios que hacemos sobre los hechos, los Estoicos también hablaban de la ataraxia y de la apatheia.
Ataraxia hace referencia al logro de un estado de ánimo sereno e imperturbable y la apatía al autodominio y control de las pasiones.
A menudo cuando hablamos de apatía hacemos referencia a la falta de emociones, a la falta de entusiasmo y de dinamismo. Sin embargo para los estoicos apatía significa capacidad para resistir firmes ante las experiencias más exigentes de la vida. Autodominarse implica trabajar sobre nuestras reacciones ante todo aquello que nos sucede. Entendiendo que en estos sucesos no está el sufrimiento sino en nuestros juicios y nuestras reacciones antes estas cosas.
¿Qué aspectos individuales son clave para reelaborar un duelo?
Perdonar y perdonarnos es clave. Poco se habla de la culpa en los duelos. En cambio sí que los asociamos con la tristeza y la ira. Y sin embargo está siempre presente y hay que poder gestionarla. Perdonar y perdonarnos.
Es importante responsabilizarnos de nuestros juicios, nuestro dolor y nuestra narración. No podemos cambiar lo que nos sucede pero sí nuestra manera de afrontarlo. Es una de las frases del tráiler del Curso de Educación Emocional. Nuestras creencias, nuestros juicios sobre los hechos, cómo narramos lo vivido puede ayudarnos a transitar por un duelo o puede enquistarse más de lo que desearíamos.La víctima no puede hacer nada. El responsable sí, porque se enfoca en sí mismo para transformar su nueva realidad.
Hemos hablado de la muerte tomando el ejemplo de Epicteto pero lo cierto es que cualquier cambio de envergadura entendido como pérdida puede hacernos transitar por un duelo.
Y aquí algo clave para entender la finalidad de un proceso de duelo: aprender a soltar. Entender gracias a la apatía estoica que aquello que es inevitable y que no depende de nosotros no podemos cambiarlo. Lo de fuera no depende de nosotros la reelaboración de lo que sucede fuera sí.